martes, 24 de febrero de 2015

Otro mito que se cae

Desde siempre, el ser y sentirse navarro, llevaba en su ADN estar a favor de los fueros, de las Javieradas, de los encierros, de Osasuna.

Osasuna representaba lo de casa, lo cercano, era la ilusión de niños, de jóvenes y de no tan jóvenes.

Siempre fuimos un equipo modesto, desde la época de aquel campo de San Juan, que muchos aún recordamos. Se cuidaba la cantera, para que los chicos de la tierra fuesen el alma del equipo, y así asegurarnos que se dejasen la piel en el campo. Y así fuimos sobreviviendo sin demasiada técnica, pero con suficiente garra frente a equipos más grandes, más técnicos y con muchos más recursos económicos. 

La decencia y la aceptación de las reglas jamás se ponían en cuestión e incluso se llevaba con orgullo ser simplemente una sociedad deportiva, no anónima, con aquel Presidente Ezcurra, tachado de tacaño por algunos, a la cabeza.

Pero llegaron los tiempos de presidentes como Miranda, Izco y Archanco… que también cayeron en la tentación de convertirse en emperadores. No bastaba con vender a las promesas que despuntaban; no había dinero bastante para intentar competir en un fútbol desmadrado. Se subieron las fichas de jugadores, sin dinero para hacerles frente, y se aprendió a dar patadas a la deuda, convertida en una bola cada vez más grande.

Después de una dudosa dación en pago a la Hacienda Foral, para enjuagar el agujero negro de los 44 millones, ahora nos enteramos que se utilizaron 2,4 millones de euros en intentar comprar partidos, con el objetivo de mantener a Osasuna en primera división, para que los del palco continuasen con la mamandurria, eso sí foral.

Estamos desolados, es una vergüenza inimaginable el haber llegado a romper las reglas del juego. Donde antes teníamos orgullo, hoy sentimos vergüenza ¡mucha vergüenza!

¿Qué será lo próximo?

Como dijo la tonadillera: Irsen, si me queréis irsen.



lunes, 16 de febrero de 2015

España NO es una marca

Desde los despachos de algunos bien remunerados asesores, hace unos años, se empezó a fraguar el concepto de “Marca España”. Una marca es algo que sirve para vender. Un nombre bonito y un envoltorio atractivo que comuniquen al mercado nuestra personalidad y nuestros principios. ¡¡Y a vender!!

Pero España no necesita salir a vender por ahí. España necesita –y urgentemente- gustar dentro. España tiene que gustarnos a los españoles.

España es un conjunto de pueblos unidos desde hace siglos para decir una palabra al mundo. Cada nación ha venido al mundo para mejorarlo. España también.

Así que, señores políticos, déjense de ideologías, de marketing, de powerpoints y empiecen a respondernos “¿Para qué vino España al mundo?”. Si necesitan pistas, miren nuestro escudo. Que no es un logotipo. Es un escudo. Verán los cuarteles de los reinos que reconquistaron España al invasor musulmán, soñando durante 800 años recrear la unidad española que nos dio Roma y que los bárbaros supieron mantener.

Verán las torres de Castilla; las zarpas de León; las barras de Aragón; las cadenas que Navarra conquistó en las Navas de Tolosa; la granada con la que culminó la reunificación hispánica; las columnas del estrecho de Gibraltar; las coronas real e imperial, que nos recuerdan la unidad europea que se consiguió desde el trono español; el Plus Ultra que nos evoca que se podía ir más allá, todavía más, donde nadie se atrevía; los lises de oro de la monarquía que nos une; y la cruz en recuerdo al Rey de reyes.

Una auténtica catequesis de unidad en la diversidad. Sin marketing. Real.

Esto es España. Y posiblemente el mensaje que le tengamos que dar al mundo esté en consonancia con su ser: Tenemos que ser una voz de esfuerzo y perseverancia en la unidad, de osadía por explorar nuevos mundos; de agradecimiento a la Fe que nos movió a lograr todo aquello, con la idea clara de que la riqueza no se acumula en la tierra.

Esto es España, señores políticos, y esto es Navarra. Ahora adornen esto, pónganlo bonito, háganlo ilusionante, trabajen por conseguir unidad y amistad. Si consiguen trasladar este mensaje, España, no necesitará marca. Se venderá sola.

Está en sus manos. Las nuestras, las tienen dispuestas para ayudarles. 

Si quieren, pueden escucharlo en COPE Navarra aquí.

lunes, 9 de febrero de 2015

Podemos: No son de fiar

Dicen que son de los de abajo. Llegaron diciendo que eran diferentes y que estaban contra la casta, pero al día siguiente de las elecciones europeas empezaron a cambiar su programa electoral para captar más votantes en las autonómicas y generales.

Dicen que son de los de abajo, pero se han pasado la crisis al abrigo cómodo de sus despachos de profesores universitarios. Crisis que ha arruinado a cientos de miles de españoles.

Dicen que son de los de abajo, pero venden millonarios proyectos de consultoría internacional a sus correligionarios de Hispanoamérica mientras estos mantienen en la miseria a sus pueblos.

Dicen que son de los de abajo, pero invocan una conspiración para hundirles en cuanto surgen dudas sobre sus cuentas con Hacienda. Control de cuentas que ha asfixiado a cientos de miles de pequeños empresarios en estos años.

Dicen que son de los abajo y halagan a “los que peináis canas por haber traído la democracia a este país”; para hacer creer a muchos que han sido los artífices de la democracia lo mismo que ahora pueden serlo del cambio. Y eso no es verdad. ¿Cómo olvidarse que el dictador murió de viejo en la cama? No hubo héroes. Hubo gente civilizada, que se dejó guiar por quienes tenían las riendas del Estado, heredadas de la dictadura, para hacer un cambio ordenado, en el que todos cedieron. Y dimos un ejemplo al mundo.

Dicen que son los de abajo, pero no necesitamos que presuntos líderes se suban a un escenario para halagarnos los oídos vendiéndonos una historia que no es cierta. Si son capaces de mentirnos sobre lo que conocemos tan bien, ¿qué no serán capaces de contarnos sobre lo que desconocemos?

Los diagnósticos de Podemos sobre la crisis, la corrupción, el empobrecimiento de la sociedad española, la desvergüenza de políticos, sindicalistas y empresarios, son más que certeros, pero sus reacciones se parecen demasiado a las de los políticos que tanto critican; sus recetas para salir de la crisis son del todo desacertadas y su manera de decir ahora lo contrario de lo que decían hace solo unos pocos meses no es diferente a lo que vienen haciendo desde siempre los políticos que ellos llaman de la casta.

No son de fiar.

Si quieren escucharlo, pueden hacerlo aquí, en Cope Navarra.http://feeds.feedburner.com/~r/Blogvallina/~4/t40_wXi4njA?utm_source=feedburner&utm_medium=email

lunes, 2 de febrero de 2015

Concertando alumnos

En estos días se abren las listas de inscripción a los colegios para el próximo curso 2015/2016. Es el momento en el que muchos se dan cuenta que la educación de sus hijos, para nada es libre. Nadie le garantiza plaza en el colegio que realmente quiere. Para más Inri, desde el Parlamento de Navarra unas cuantas veces en esta legislatura han intentado llevarse por delante la Educación Concertada. La fijación de algunos grupos políticos por meterle mano a la educación de nuestros hijos es entre sonrojante y bochornosa.

El lunes, uno de mis nietos me pidió dinero para ir al cine con sus amigos a ver una película de estreno, aprovechando el día del espectador. Le di 6 euros. Aunque a mí la película no me hacía mucha gracia, en ningún momento pensé que estaba financiando ni al cine, ni a la productora. Estaba financiando a mi nieto. Estaba atendiendo al derecho que tenemos los abuelos de echar a perder un poco a nuestros nietos. Ya lo corregirán sus padres.

De igual manera, el Concierto Educativo no financia a los colegios concertados. Si éstos no son capaces de subsistir por sus medios, como cualquier otra empresa (a excepción, claro, de Osasuna), deberían cerrar. Si un niño no se inscribe en un colegio, ese colegio no recibe por él, dinero del concierto. Por tanto el dinero es del niño, no del colegio. A quien se financia es al alumno, no al colegio.

Por tanto, el concierto educativo, amigos oyentes, ¡¡es un derecho de las familias!!. El derecho a una educación básica financiada con sus impuestos. .

Como siempre, la pretendida y falsa superioridad moral de la izquierda nos gana la batalla del lenguaje. Los colegios no son los concertados. Lo concertado es la educación. Y la educación, es de los alumnos.


Así que por favor… ¡¡saquen sus manos de la educación de nuestros hijos!! ¡¡sáquenlas!!