Buenos días D. Carlos
El viernes estuve paseando por la antigua Plaza de Conde
Rodezno. La verdad es que no me sentí mucho más libre, ni mucho más rico, ni
nada de eso. Me sentí igual que siempre. Pensando que soy algo raro por no
sentir nada con el cambio de nombre, decidí seguir paseando hasta La Milagrosa,
para acercarme a su Biblioteca Pública y buscar algún libro que me ayudara a
entender qué me pasa.
No encontré nada, pero estuve un rato charlando con
Rosalinda, con Mohamed y con Wilson. Los tres siguen sin trabajo. Bien es
cierto que ahora pueden leer el Gara y el Berria en la biblioteca. No lo
entienden. Y tampoco eso les hace felices.
¿Se pondrán algún día estos chicos del cambio a pensar en lo
que realmente Pamplona necesita?
Disfruten de la semana
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