lunes, 13 de octubre de 2014

No te fíes

Conocí a Federico en la Academia. Hijo y nieto de militar había nacido en Barcelona pero había vivido en medio mundo siguiendo los pasos de su padre. De carácter abierto y jovial destacaba por su potente capacidad de trabajo y su espíritu marcial fuera de lo común. Su amor al deporte le llevó a competir con la selección española en unos juegos olímpicos. Su amor por la aventura le llevó a, prácticamente, dejar su vida en distintas misiones y operaciones por medio mundo.

Pasó muchos años viajando, casi a escondidas, al otro del Telón de Acero. Posiblemente sea uno de los españoles que mejor se movía en los intrincados vericuetos de las administraciones soviéticas. Nunca me lo dijo, pero estoy convencido que debió ser agente del CNI. En aquella época nos veíamos con frecuencia. Todavía conservo, ¡y funcionando!, un Poljot Sturmanskie que me trajo como regalo en uno de sus viajes.

El martes nuestras agendas se cruzaron en Madrid. Quedamos a comer "para conspirar" en uno de esos sitios de la capital para ver y ser visto. Allí eso se puede hacer. En Pamplona, desde lo de la muralla, es demasiado arriesgado. Si ustedes no lo han notado, es que no quedan a comer para conspirar.

- ¡Qué alegría verte, Vecino! ¿Cómo va la vida? ¿las rotaciones?

- Fenomenal Federico. Sigues conservando esa espalda de armario con la que te conocimos. Se nota que sigues en forma.

- No te pases, que llevar un cinco delante... "distingue".

Compartimos como entrada una ensalada "Pepe Luis" de tomates extra con jamón de bellota, y como platos principales él opto por el teriyaki de pollo con tartar de aguacate y arroz vaporizado y yo por el estofado de rabo de toro.

A los postres, disparé:

- Federico. Tu conoces bien el comunismo, el socialismo y todo eso. ¿Qué opinas del PSN? ¿Has visto la deriva que llevan? Estos días tienen que elegir candidato a dirigir el partido y puede que el próximo mayo sean decisivos para formar gobierno en uno u otro sentido. Y desde luego sus últimas actuaciones no anticipan nada bueno: esta semana van a llevar el euskera hasta Cortes, Corella y Lodosa y acaban de tirar por tierra una reforma fiscal que devolvía a los navarros algo de dinerillo a sus bolsillos. ¿Qué podemos esperar de esta gente?

- Nada

- ¡No jodas, Federico!

- Hablo en serio. Nada. Mira. La izquierda española centra su ideología en sentir un profundo rechazo hacia su propio país. Es algo único en las izquierdas europeas. Azaña, al poco de comenzar la Guerra dijo: "No estoy haciendo la guerra contra Franco para que nos retoñe en Barcelona un separatismo estúpido y pueblerino. No hay más que una nación, España, Antes de consentir campañas nacionalistas que nos lleven a desmembraciones que de ningún modo admito, cedería el paso a Franco".

- Pues no le hicieron mucho caso ¿eh? Mira el PSC...

- Y pasaba lo mismo en el País Vasco. Tanto, que Julián Zugazagoitia, el socialista vasco ministro de la Gobernación durante la II República llego a decir que "el socialismo español ha sustituido el internacionalismo proletario por la adhesión a las recién inventadas causas vasca y catalana".

- Osea que viene de lejos...

- ...Y hasta hoy. En España, el socialismo se abrazó y se abraza -¡acuérdate del concepto discutido y discutible de ZP!- a cualquier invención "nacional" con la única condición de que sea hostil a España. La única nación que no necesita ingenierías sociales ni libros adulterados, es cosa de fachas desde Recaredo hasta Franco. Y ese complejo lleva a todos los socialismos a someterse a cualquier separatismo.

- Me lo pones bien, Federico. Voy a tener que buscarme casa en Madrid...

- Vecino, no te fíes del PSN. No te fíes. Tenéis que ser vosotros los que saquéis lo bueno de vuestras ideas. Como decía Burke lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada. Y me parece que muchos buenos de vuestra tierra están parados.

- Trataremos de cambiarlo Federico. Ya sabes que también decía Burke que el mayor error lo comete quien no hace nada porque sólo podría hacer un poco.



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