Ustedes se ríen; pero yo lloro.
Hacía tres días que el-amigo-de-un-amigo-de-un-amigo me había avisado que alguien quería
transmitir al Vecino una jugosa información, que pese a ser pública, pocas
veces se había escrito en las páginas de los diarios locales. Debía acudir al mediodía a un café
cerca de la Plaza del Castillo llevando una corbata roja y leyendo el ABC hasta
que alguien me hiciera entrega de un sobre. El primer local en el que me citó fue el Café Iruña. Al
día siguiente, el local paso a ser la Cocina de Alex Mújica, y el día de autos
pasamos en apenas 20 minutos de tener como punto de encuentro La Olla, la Barra
del Melbourne y finalmente el Niza. Allí acudí, una vez más con los nervios del
conspirador, del que cree que está tejiendo un complot para derribar un
sistema. Pedí un café cortado con sacarina y me senté en una de las mesas de la
izquierda, cerca del ventanal.
Fuera llovía como suele
llover en nuestra querida Pamplona. Estaba terminando de leer El Burladero de
Carlos Herrera cuando se abrió la puerta. Un hombre de unos 50 años, con barba
canosa, vestido de sport, con un elegante paraguas y un sombrero en la mano se
acercó rápidamente a mi mesa y me preguntó:
- ¿Es usted el vecino?
- De Uxue – le respondí
Y me entregó un grueso
sobre color marrón. En él, escrito con un rotulador negro, se leía “Las llaves
del Parlamento”. En ese momento, un hueco entre las nubes, hizo que el sol inundara
el legendario café. Sin decir ni una palabra más, se dio media vuelta y salió
del bar.
Pagué mi consumición en
la barra y salí a la calle. Volvía a llover y hacía frío, pero el sobre ardía
en mis manos. Me moría de ganas por saber lo que había allí dentro. Bajé al
garaje de la Plaza del Castillo, busqué mi coche y me senté en el asiento del
copiloto para analizar la información que allí había. Al principio muchas cosas
me sonaron, pero luego saqué mi Sheaffer Legacy
y empecé a subrayar demasiados párrafos y a hacer demasiadas anotaciones. Aquel
centenar de folios contenía una información valiosísima sobre lo que nos
cuestan a todos los navarros nuestras señorías. A mi cabeza vinieron algunas trifulcas
parlamentarias por nimiedades, vaguedades y quítame de allí esas pajas, pero no
recordaba ninguna bronca tratando “de sus garbanzos”. Y dentro de aquel sobre
había garbanzos. Pero también había unos cuantos pallets con latas de caviar y
con cajas de botellas de Vega Sicilia Unico.
La mayoría de los
documentos eran oficiales y de acceso público, pero el orden y lo farragoso de
los textos hacía que aquello necesitara de alguien que glosara poco a poco toda aquella información. Y me propuse
ese objetivo para mis próximas escalas e imaginarias. Aunque sólo fuera por
honrar a nuestro Garganta Profunda.
Excelente pluma y enhorabuena al la "Comunidad " del que esperamos brillantes aportaciones "pro libertate patria gens libera state" aúpa por hasta la Verdad y mas allá
ResponderEliminarSiga, siga...
ResponderEliminarTenga cuidado. Que aunque sea usted un muñeco, si ha visto el final de Toy Story 3 sabe qué puede ocurrir.
ResponderEliminarNos ha dejado con la miel en los labios, ardo en deseos de abrir la 2ª entrega
ResponderEliminarA última hora de la tarde de hoy la tendrá. No se la pierda.
ResponderEliminarOiga SocialMediaStrategist si no recuerdo mal en Toy Story3 pese a que están a punto de ser fundidos en el horno (por ahí nosotros ya hemos pasado) acaban todos en una especie de residencia para juguetes viejos ¿no?. Pero todos juntos y felices... Como acabaremos nosotros ¿no cree?
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