Por supuesto que no lo soy. Tampoco soy un terrorista
yihadista. Estoy con los que están dispuestos a morir por sus ideas, no con los
que están dispuestos a matar por ellas. Ya vale de pasarle a Dios el muerto.
Vivimos en una era casi libertina. Casi todo se acepta bajo
la excusa de la libertad. Si no, uno es un fascista. Y no. La Libertad, debe
ser inseparable de la responsabilidad. Y por tanto, mis derechos terminan donde
los efectos de mi libertad, dañan a otro.
La libertad de expresión, de la que se nos ha llenado la boca
esta semana, es una emanación de la libertad de pensamiento. Todas las personas
podemos pensar sin coacción, y ofrecer al resto lo que hemos pensado.
Gritar “Eta mátalos” o dibujar un insulto en una viñeta, no
son meros ejercicios de la libertad de expresión, porque por encima de todo
está la dignidad del ser humano, su honra, sus nobles aspiraciones y su fe.
El “no matarás” del Decálogo es un precepto aceptado por
todos como razonable. Pero este no se agota en quitar la vida con violencia a
un semejante. El insulto gratuito, el editorial con odio, el desprecio al
diferente, el escrache mediático… matan el corazón del autor y pueden herir de
muerte a otros amargándoles la existencia. El insulto también es violencia.
No es cierto que un lápiz sea en sí mismo un instrumento de
paz. No. Porque los lápices, los micrófonos y las pantallas pueden usarse como
quijadas. Igual que de los arados pueden fabricarse lanzas. Es urgente tomarnos
en serio los límites que el honor y la dignidad exigen a la libertad de
expresión, de forma que sea instrumento de respeto, paz y libertad. Si alguien
no sabe hacer humor de otra manera, que se dedique a otra cosa. Creo que el tan
vilipendiado periodismo, merece algo más de respeto.
Condeno absolutamente el atentado de París y todos los
atentados. Rezo porque los muertos de Paris descansen en paz, porque sus
familias encuentren el consuelo y porque nosotros avancemos en la conquista de
la verdadera libertad de expresión, la que lleva a transmitir la verdad, el
bien y la belleza. Y el humor, claro que sí.
Jene sui pas Charlie
Lo pueden escuchar en COPE Navarra aquí.
Disculpe, vecino, pero con tanto muerto por detrás, creo que dedicar un artículo a argumentar que no se está (estaba) de acuerdo con las víctimas hace bien poco para señalar al auténtico enemigo. Sin ir más lejos, uno podía estar muy poco de acuerdo con Melitón Manzanas, pero, una vez asesinado, que no me distraigan con que torturaba a nadie. Un abrazo.
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