viernes, 29 de mayo de 2015

Relatos de Plomo

“Querido Vecino

Aunque hubiera deseado que nunca se hubieran tenido que escribir esas páginas, nunca podré dejar de agradecerte el regalo que me hiciste. Jamás dos libros habían generado en mí emociones tan intensas. Durante los pocos días que me ha costado leerlos, pese al abultado número de páginas que ofrecen, he vuelto a revivir, muchas veces entre lágrimas, aquellos duros días.

He vuelto a recordar los cambios radicales que tuvimos que pasar en nuestras vidas. Cómo se frustraron planes, proyectos e ilusiones. Cómo algunos tuvieron que abandonar una tierra que a veces nos era hostil pero en la que deseaban integrarse y en la que lo único que hacíamos era cumplir con nuestro abnegado deber.

He recordado con los ojos arrasados en lágrimas a tantas viudas jóvenes, más jóvenes que yo en aquella época, con hijos de muy corta edad, que tuvieron que recomenzar una nueva vida en sus regiones de origen, no exenta de dificultades económicas y con problemas psicológicos que hoy en día aún no han logrado superar.

He releído las declaraciones de algunos políticos de la época. Algunos condenando los hechos, otros condenando de forma menos contundente de lo deseable y otros, impresentables, que siempre se salían por la tangente sin valor ni vergüenza de nombrar nunca a la organización causante de tantísimo daño a una sociedad entera. Pero me he relamido de orgullo leyendo las declaraciones actuales de los familiares de las víctimas en las que no se vislumbra ni un ápice de odio, ni de rencor ni de venganza, aunque aquellos pistoleros les volvieran la vida boca abajo.

¡Gracias Vecino! ”

¿Se imaginan que por el hecho de leer un libro llegaran a sentir algo así? Pues pueden sentirlo. Y mejor, hacerlo sentir. Hace unos años el Gobierno de Navarra encargó a un grupo de periodistas, con Javier Marrodán a la cabeza, elaborar un relato fidedigno de lo que ocurrió en Navarra con respecto al terrorismo.

Un libro que todos deberíamos leer. Aunque sólo fuera en homenaje a todos aquellos que ya no lo podrán hacer al haberse convertido en protagonistas del libro por culpa de la sinrazón nacionalista.  Si con él evitamos que vuelvan a repetirse sucesos tan tristes y lamentables como los que ahí se relatan, habrá merecido la pena este trabajo.


Si no saben qué regalar el próximo jueves en el día del Libro, ya tienen una idea: Relatos de Plomo.

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